Los ovarios envejecen en forma diferente al resto del cuerpo femenino y desafortunadamente aparte de una llevar un estilo de vida sano, no hay medidas que prevengan su envejecimiento. La cantidad y la calidad de los óvulos que quedan en los ovarios disminuye gradualmente a lo largo de la vida, y esta disminución se acelera a partir de los 35 años.
La fertilidad en la mujer alcanza su punto máximo entre la etapa final de la adolescencia y la etapa final de la segunda década de vida y luego comienza a declinar. Hacia el final de la tercera década disminuye la posibilidad de lograr un embarazo espontáneo y aumenta la posibilidad de abortos y embriones con alteraciones genéticas con lo cual, la vitrificación de óvulos es una alternativa para preservar la fertilidad.